¡ Hola otra vez !
Cuando te decides a salir de tu zona de confort para irte al otro lado del mundo, muchos factores se juntan. Te hablan mucho del importante choque cultural que experimentarás, porque no es tu país, tu gente, tus costumbres, tu manera de  trabajar y, mucho menos, tu casa. Sí, hay cosas que chocan, aunque yo, más bien, usaría la palabra sorprender, pero te acostumbras y no son tan raras/especiales o cómo queráis llamarlo. Hoy, me gustaría hablar de esas cosas, que bajo mi punto de vista, tanto me llaman la atención.

No hay nada más neoyorkino y súper guay que comprarte un café para llevar en el Starbucks (o cualquier otro sitio, porque parece que a Starbucks lo negro sólo le gusta en el café) e ir con él por la calle, ¿verdad? Y ya si vienes de turismo y amas el postureo, no puede faltar la foto sujetando el café, ¿a qué sí? ¡Error! Si quieres subir un escalón y llegar a nivel Dios, lo que tienes que hacer es cogerte la taza de casa (sí, una taza de cerámica o de esas que si se te caen al suelo, no podrás reconstruir ni con Super Glue), con el café que te has preparado esa mañana y llevártela por la calle, o en el metro, mientras llegas al trabajo. Es totalmente realista y, al menos aquí, nada raro. Respondiendo a la pregunta que ya os está rondando la mente, no, aún no he puesto en práctica este hábito. Pero todo es posible; de momento está en mi lista de 100 cosas que hacer antes de morir. Al hilo de esto, otra cosa para ser neoyorkin@ de pura cepa, es cogerte tu MAC e ir a trabajar a cualquier café y contribuir a la plantación que en ese lugar existe de todo tipo de modelos de ordenador, personas y auriculares. Lo siento, sólo los MAC son admitidos. Y ahora hasta se puede alquilar el sitio en el bar para ponerte con tu portátil.

Creo que he mencionado la palabra metro en el párrafo anterior. ¡Ay, el metro!, ese gran medio de transporte (y esto no es con ironía, pues si no existiese el metro en esta ciudad…¡os dejaríais los pies!). Pero el metro de Nueva York es especial; ya he dicho en anteriores posts que es antiguo, a veces se ven ratas (de esto hablaré después) y no suele ser el más limpio del mundo. Pero si estuviese más limpio que la casa de Mr. Proper, no se viese una rata y fuese nuevo, sería el de Madrid y bah, eso ya no me llama tanto. A parte de toda esta chapa, que ya lo sabéis, al metro de Nueva York le gusta fastidiar o dar por saco, por decirlo con toda la clase del mundo. Estás en el vagón y de repente, a la línea F le da por volverse Exprés y no parar ya hasta el quinto pino, lo que va a implicar que te vas a bajar unas cuantas paradas más lejos de tu casa y vas a tener que volver atrás o la línea R no funciona de 10 de la noche a 5 de la mañana…vaya, con lo contenta que llegabas tú a esperar el metro después de cenar con tus amig@s pensando que estabas a tres paradas de tu casa. Pero no, ahora cógete otra línea, cambia y ya, si eso llegas a casa. Estos cambios y retrasos mayormente ocurren el fin de semana que es cuando aprovechan para hacer construcción o reformas en el metro. Y yo durante la semana apenas lo uso, ya que al cole voy andando. Eso sí, los milagros a veces existen y, cuando son las 3 de la mañana, después de haber estado en un concierto de Beyoncé, intentando no dormirte en el metro y pasarte 25 paradas de la tuya, el tren se transforma en otra línea que te lleva a casa y tú no lo puedes agradecer más, ¡gracias Queen B!

Al hilo de lo de las ratas, creo que fue después de uno de los primeros posts, en los que mencioné que a veces se veían ratas en el metro, alguien me dijo: “yo nunca viviría en una ciudad con ratas”…Verás, las ratas no vienen a mi puerta a que les dé de comer o me hacen pasillo y dan palmas cada vez que paso, ni siquiera me siguen como al Flautista de Hamelin, ¡qué va! Pero sí que es totalmente cierto y, normal, verlas de vez en cuando darse paseos por las vías del metro, o como aquella vez que las vi en una parte del Brooklyn Bridge Park. Sobre todo en verano.  Nada del otro mundo; no es una especie animal que haya descubierto a los 28 años. Mi amigo Jorge ya me había enseñado desde pequeña, cada vez que se encontraba una aplastada por algún coche y fantaseaba con tirármela encima. ¡Gracias Jorge!

Siguiendo con lo que nos ocupa, otra cosa que me hace mucha gracia es el momento de irse del colegio. Yo tengo que estar en el cole a las 8 AM (para preparar cosas, etc) y me voy a las 4 PM, menos los miércoles que tengo reunión de 4 a 5. Me encanta cuando a las 4 de la tarde dejo el colegio y la chica de recepción, nos da las buenas noches. Ahora ya me he acostumbrado, al principio me hacía mucha gracia, sobre todo los días de verano o fin del verano con un sol de justicia y bien de calor. En invierno lo ves hasta normal, porque cuando te vas del colegio a las 4 es de noche ya. Al pasar tanto tiempo en el colegio, como comprenderéis, después de comer me lavo los dientes allí (obvio), pues bien, esto, parece ser, que es algo muy español (porque somos los únicos que lo hacemos). Es visto como “raro” o algo que causa sorpresa. Los niñ@s siempre preguntan a qué viene tal costumbre y a, algunos compañeros les hace mucha gracia. Quizá es que aquí los dentistas tienen otras recomendaciones diferentes a los de España.

Al hilo de la vida semanal, te gusta seguir un horario muy marcado y, si te sales de ahí, a veces, te enfadas (así, relativamente). Abarcas muchas cosas en un día: trabajo, deporte, vuelta a casa, cenar y cocinar para el día siguiente, relajarte un poco y, a dormir. Hay días que “fantaseas” con irte a la cama a las 8:30 PM o 9:00 PM, como tarde. Pero bueno, al final todo es relativo y, por supuesto que por la semana a veces te sales de ese horario que nadie más que tú misma, te ha impuesto. Cenas fuera de casa, vas a un concierto, a hacer fotos, a tomarte algo con alguien o tu novio está de visita y estás con él por ahí y te dice” tranquila Sara, que a las 10 ya estamos en casa y ya vas a la cama” ja ja ja.

El día da para mucho y cuando descansas del deporte o no tienes la clase de francés a la que vas un día a la semana para recordar lo que tenías olvidado y oxidado, es como: ¡wow, son las 4 de la tarde todavía, ¿qué hago?! (sí, lo bueno es que en esta ciudad siempre hay respuesta para esa pregunta).

SÍ, LAS VERDURAS Y FRUTAS EXISTEN EN NUEVA YORK. El año pasado cuando ya llevaba unos cuantos meses viviendo aquí, me hicieron una pregunta de esas de no olvidar: ¿venden fruta y verduras en NY? No, mira, venden m*erda en bote. ¿En serio? Aquí, tu alimentación depende de ti. Si quieres comer sano y bien, lo haces. Si quieres hincharte a comida basura, también. En esta ciudad llevan el KALE, repollo, como bandera, están obsesionados con lo orgánico y el aguacate es trending topic en el menú de cualquier sitio. Sí, comer bien o comprar para comer bien es más caro que comer mal, pero eso es decisión de cada persona. Nueva York es una ciudad muy diversa, con una oferta gastronómica increíblemente amplia y sana. Y eso se nota cuando sales de aquí y vas a otras partes del país, donde la ensalada es tan crujiente como unas patatas fritas de bolsa o en todo un menú no encuentras ni una sola opción que tenga un tomate o un trozo de lechuga, aunque sea, en sus platos. No puedo hablar de todos los estados de este inmenso país, porque no he tenido la suerte de visitarlos todos, pero la comida que he probado fuera de aquí, sobre todo en la América profunda, no tiene nada de sana. Un día una compañera decía en el colegio “alguien me dijo una vez que Nueva York no es América y América no es Nueva York”. Y eso, es totalmente cierto, no sólo por la comida sino también por la gente, aquí la gente es abierta y está concienciada sobre muchas cosas, obviamente habrá excepciones, en comparación a otros sitios. Pero como digo, estas diferencias, que para mí son, diría yo, culturales dentro del mismo país, no las ves hasta que no sales de esta burbuja de ciudad.

Ya que hablamos de comida, ¿qué me decís del Brunch? La primera vez que se lo dije a mi madre, con toda la razón, me dijo que a ver qué era eso. El brunch es la mezcla del desayuno más el almuerzo/comida (breakfast + lunch = brunch, super ingenioso todo). El brunch es nuestra religión, una luz que nos guía…Sí, claro, estoy exagerando. Pero en lo que voy a decir ahora, no. Nunca comerás el brunch a la hora, nunca. Llegarás al lugar escogido para disfrutar de la comida más cool del fin de semana (porque el brunch tiene lugar, más bien, sábado y domingo), la camarera guay del momento o el chico que asigna las mesas de aspecto hipster pero que está cañón, te dirá que la espera es de unos 45 minutos o una hora. Dejarás tu nombre en la lista, te irás a dar un paseo, tomarte un café, mirar alguna tienda o a saber qué decides hacer en ese tiempo, para después volver y disfrutar de ese momento que llevas ansiando desde el lunes cuando te levantaste para ir a trabajar y te diste cuenta que todavía quedaban exactamente 5 días para darte un homenaje. Si no se repiten los pasos anteriormente mencionados, desconfiad. No es un sitio guay de brunch.

El invierno aquí dura mucho; he perdido la cuenta de cuanto…¿Hasta abril? ¿Hasta casi mayo? No lo sé. Estamos a mediados de abril y aún con abrigo. Mira que en el Bierzo hace frío, pero como aquí, en ningún sitio. Para el recuerdo queda ya el 15 de diciembre del 2016, cuando mi amigo Luis y yo, para celebrar que al día siguiente nos íbamos a España por Navidad, decidimos irnos a cenar al Sweet Chick de Manhattan. Estaba cerrado porque había fiesta privada, pero no, no me acuerdo de aquel día por eso. Me acuerdo porque iba con 35 capas, la bufanda hasta los ojos y el frío se me metía por la frente que era la única parte que llevaba descubierta. Creo que, por poco, se me hielan las neuronas. ¿Qué risas eh? Pues ya me gustaría veros paseándoos con ese frío de cara. Pero no os preocupéis, Trump dice que el cambio climático no existe. Seguro que tiene razón, como en lo de armar a los profesores para evitar los tiroteos en las escuelas…Claro que sí guapi, en mi otra vida fui Rambo.

Y ya que hablamos de Trump, ¿por qué no hablar de los american@s? No me entendáis mal, él es único en su especie. Por suerte, la gran mayoría de los american@s que he conocido en estos casi dos años son maravillosos, buenas personas y, sobre todo, muy divertidos. Otros son más falsos que la cintura de Barbie o consideran que podrían poblar planetas inhabitados (esta pedazo metáfora nace después de ver una de las peores películas que he visto en Netflix, “Titán”, ¡qué mala, por favor!) sólo por su cara guapa.

A todo hay que echarle humor y, sobre todo, ironía y sarcasmo, que dan mucha vidilla. Y, aunque el invierno sea muy puñetero, que eso es lo peor de esta ciudad, cuando te vas un domingo a pasear por Central Park, cruzas una calle y ves el Empire State al fondo o pasas un edificio y te encuentras con el puente de Brooklyn, sabes que, al final, todo ha merecido la pena.

¡ Hasta pronto !

* Foto @manriquedz.

Hey!

When you decide to leave your comfort zone to go to the other side of the world, many factors come together. They talk a lot about the important cultural shock you will experience, because it is not your country, your people, your traditions, your way of working and, much less, your home. Yes, there are things that are shocking, although I would use the word “surprising”, but you get used to it and they are not so rare / special or however you want to call it. Today, I’d like to talk about these things that catch my eye here.

There’s nothing more New Yorker and super cool than buying yourself a coffee to go in Starbucks (although from now on, if I were you, I’d buy it in a different spot, since it looks like they are “a bit” racist) and go with it down the street, right? And if you are here as a tourist and love being the star of Instagram, you can not miss the picture holding the coffee, yes? No! If you want to go further and reach the top level, what you have to do is grabbing a mug from your house (yes, a ceramic one or one of those that if fall to the ground, could not be rebuilt even with Super Glue), with the coffee that you made that morning and take it down the street, or in the subway, while you get to work. It is totally realistic and, at least here, nothing weird. Answering the question that is already haunting your mind, no, I have not put this into practice yet. But everything is possible; at the moment it’s on my list of 100 things to do before dying. In line with this, another thing to be a pure New Yorker, is to take your MAC and go to work at any coffe shop and become part of the plantation that exists there, with all kinds of computer models, people and headphones. Sorry, only the MACs are admitted. And now you can even rent the spot in the bar to get with your laptop.

I think I mentioned the word subway in the previous paragraph. Oh, the subway, that great means of transport (and this is not with irony, because if the subway did not exist in this city … you would have no feet!). But the New York subway is special; I’ve said in previous posts that it’s old, sometimes you see rats (I’ll talk about this later) and it’s not usually the cleanest in the world. But if it was as clean as Mr. Proper’s house, with no rats and new, it would be the one in Madrid and bah, that is not so attractive to me. Apart from that info that you already know, the New York subway likes to annoy us. You are in the car and suddenly, F line becomes Express and it does not stop until 20 stops further from yours, which will imply that you will go down a few stops further from your home and you will have to return back or that the R line does not work from 10 PM to 5 AM … Well, you were happy after having had dinner with your friends, thinking that you were three stops from your house. But no, now take another line, switch and, in some moment, you’ll be home. These changes and delays mostly occur during the weekend, when they do construction or renovations on the subway. And I hardly use it during the week, since I walk to school. Of course, miracles sometimes happen and, when it is 3 AM, after having been in a Beyoncé’s concert, trying not to fall asleep in the subway and pass 25 stops of yours, the train transforms into another line that takes you home and you can not be grateful enough, thank you Queen B!

Talking about rats, I think it was after one of my first posts, in which I mentioned that sometimes you see rats in the subway, someone told me: “I would never live in a city with rats” … Look honey, the rats do not come to my door so I feed them nor clap their hands (hands?) every time I pass, they do not even follow me like the Flautist of Hamelin. But it is totally true and, normal, seeing them from time to time walking on the subway tracks, or like that time I saw them in a part of Brooklyn Bridge Park. Mostly in summer. Nothing special; it is not an animal species that I discovered when I was 28 years old. My friend Jorge had taught me when I was a child, what a rat was since, every time we saw one of these little monsters crushed by a car on our village, he fantasized about throwing it on me. Thanks Jorge!

Continuing with my life here, another thing that is really funny to me, is when you are leaving school. I am at school from 8 AM (to prepare things, etc) to 4 PM, except on Wednesdays , whenI have a meeting from 4 to 5. I love when at 4 PM I leave school and the girl at the reception, says good night. Now, I am used to that but, at first, I was shocked, especially summer days or end of summer when it’s super sunny and hot. In winter, it is not so surprising you because when you leave school at 4 it is night already. As I spend so much time at school, after eating I brush my teeth there (obviously), well, this seems to be something very Spanish (because we are the only ones who do it). It is seen as “weird” or something that causes surprise. Children always ask us where that habit comes from and also, some coworkers find it funny. Perhaps, here the dentists have different recommendations from those ones in Spain.

Regarding the weekly life,  here, I like to follow a very marked schedule and, if get out of it, sometimes, you get angry (well, relatively). You cover many things in one day: work, sports, return home, dine and cook for the next day, relax a bit and go to sleep. There are days that you “fantasize” about going to bed at 8:30 PM or 9:00 PM max. But hey, in the end everything is relative and, of course, during the week sometimes you don’t follow that schedule that nobody but you, has imposed on you. You have dinner outside, going out for a concert, taking pictures, having a drink with someone. It is funny when your boyfriend is visiting and you both are outside and he says “calm Sara, at 10 we’ll be home and you’ll be in bed by that time” ha ha ha.

The day starts early and it’s long so,when you take a break from sport or do not have the French class you take one day a week to remember what you had forgotten, it’s like: wow, it’s 4 PM in the afternoon yet? what I do? I have plenty of time! (Yes, the good thing is that in this city there is always an answer for that question).

YES, VEGETABLES AND FRUITS DO EXIST IN NEW YORK. Last year, when I had been living here for a few months, someone asked me one of those things not to forget: do they sell fruit and vegetables in NY? No, look, they sell sh*t. Really? Here, your diet depends on you. If you want to eat healthy, you do it. If you want to base your diet on junk food, you can do it too. In this city KALE, is a religion, they are obsessed with the organic and the avocado is trending topic in the menu of any place. Yes, eating healthy or buying helthy food is more expensive than eating badly, but that is a decision that each person makes. New York is a very diverse city, with an incredibly wide and healthy gastronomic offer. And that is noticeable when you get out of here and go to other parts of the country, where the salad is as crunchy as a bag of chips or in a whole menu you do not find a single option that has a tomato or a piece of lettuce. I can not speak about all the states of this immense country, because I have not been lucky enough to visit them all, but the food that I have tried out of here, especially in the deep America, has nothing to do with the word healthy. One day a coworker said at school “someone once told me that New York is not America and America is not New York”. And that, it is totally true, not only for the food but also for the people; here the people are open-minded and aware of many things, obviously there will be exceptions, in comparison to other places. But as I just said, you don’t realize about these differences, which I would say, are cultural within the same country, until you leave this bubble called NYC.

Since we are talking about food, what about Brunch? The first time I said that word to my mother, she was like WTF is that. The brunch is the mix of breakfast and lunch (breakfast + lunch = brunch, super witty ha ha ha!). Brunch is our religion, a light that guides us … Yes, of course, I am exaggerating. But what I am going to say now, no. You will never eat brunch on time, ever. You will arrive at the chosen place to enjoy the coolest food of the weekend (because the brunch takes place, rather, Saturday and Sunday), the cool waitress of the moment or the boy who assigns the tables with the hipster look, will tell you that the wait is about 45 minutes or an hour. You will leave your name on the list, will stroll around, have a coffee, look at a store or just chill, then come back and enjoy that moment you have been craving since Monday when you got up to go to work and you realized that there were still 5 til the weekend. If the steps mentioned above are not repeated, beware. It is not a cool brunch place.

Winter here lasts long… Until April? Until almost May? I do not know. We are in mid-April and still with the coat on. Look, at El Bierzo it’s cold, but like here, nowhere. I could never forget December 15, 2016, when my friend Luis and I, went to celebrate that the next day we were going to Spain for Christmas. We decided to go for dinner to Sweet Chick in Manhattan. It was closed because there was a private party, but no, I do not remember that day because of that. I remember it because I was wearing 35 layers, my scarf was up to my eyes and the cold was getting on my forehead, the only part that was not covered. I think that, almost, my neurons freeze. Funny? Well, I would like to see you walking with that cold hitting your face. But do not worry, Trump says that climate change does not exist. Probably he is right, as well as when he says teachers should be armed to avoid school shootings … Of course, in my other life I was Rambo.

And since we’re talking about Trump, why not talking about the Americans? Do not misunderstand me, he is one of a kind. Luckily, the vast majority of Americans that I have met are wonderful, good people and, above all, very funny. Others, are even more fake than Barbie’s waist or they consider that they could populate uninhabited planets (this metaphor piece is born after watching one of the worst movies I’ve seen on Netflix, “Titan”, OMG, please!) just because they are Americans ha ha ha. You get it, right?

Humor must be an essential in our lives. And, even with such a horrible Winter, that’s the worst thing about this city, when you go on a Sunday for a walk in Central Park, you cross a street and, all of a sudden, the Empire State building appears in front or your eyes or you pass a building and you come across the Brooklyn Bridge, you know that, in the end, everything was worth it.

See you soon !