(Foto: @manriquedz)
Después de decirle “hasta pronto” a Los Ángeles tras dos días allí, caminito al aeropuerto para coger el vuelo que nos llevaría a nuestro siguiente destino: Las Vegas. No sin que antes la policía del control de seguridad me preguntase si el que llevaba en mi camiseta era “El Príncipe de Bel-Air”…
En Las Vegas todo es, como describirlo, hortera, raro, de película bizarra desde que pones el pie en el aeropuerto. Éste te recibe ya, allí mismo, con un casino dentro. ¿Para qué vas a esperar a llegar al hotel? ¡ Gástatelo antes hombre ! La saga de Resacón en Las Vegas, estoy segura al 100%, tiene que estar basada en las vivencias reales de los miles de personajes que te puedes encontrar por allí.
Tras alucinar con la oda a la ludopatía del aeropuerto, nos dirigimos al hotel. Más derroche e inmensidad: casinos, restaurantes, tiendas, piscinas, jacuzzis, Dunkin’ Donuts, tiendas de lujo, montañas rusas…hasta establecimientos de tatuajes. Todo esto sin poner un pie fuera del hotel. Nosotros estábamos en el Hard Rock Hotel (https://www.hardrockhotel.com/), si te gusta la música es tu sitio ya que, además de todo el despropósito anterior, tiene sus propios shows y el hotel es, por así decirlo, una especie de “museo” de la música con vitrinas repletas de auténticos tesoros, no hablo de uno de los trajes de Miley Cyrus, sino de objetos personales de Elvis, The Beatles o David Bowie.
Llegada al hotel, check-in, gente poseída por las tragaperras y por el agua con misterio…Ya era tarde, así que decidimos bajar a ver cómo funcionaban las maquinitas. Obviamente, las de 25 centavos y un dólar. Y tuve mi primer y único golpe de suerte, gané, ATENCIÓN, 4 dólares y 25 centavos (oh my God!). La “alegría” duró poco, una de las personas que vigilan el casino del hotel se dirige a mí y me dice que le enseñe mi D.N.I, que según las leyes del estado de Nevada los menores de 21 años no pueden apostar, ni jugar a máquinas, bla, bla, bla. El D.N.I estaba en mi habitación así que el juego, por esa noche, se acabó, pero estoy muy agradecida a esa señora por pensar que tengo menos de 21 años, se ve que el frío neoyorkino ha hecho maravillas en mi cutis (¡gracias menos 10 grados con sensación térmica de menos 20!).
Al día siguiente, y después de gastar esos 4 dólares 25 centavos antes de salir del hotel, que para eso iba ya con todo en la mochila, nos dirigimos a desayunar. El elegido fue “The Egg and I”, sí, un nombre maravilloso y original. Pero totalmente recomendable (https://www.tripadvisor.es/Restaurant_Review-g45963-d449411-Reviews-The_Egg_I-Las_Vegas_Nevada.html).
Cargados de colesterol, grasas, cafeína y, por supuesto, energía, comenzamos con las visitas del día. La primera de ellas, el mítico cartel de “Welcome to Fabulous Las Vegas”, con cola para poder hacerse una foto, al menos durante el día.
(Foto: @manriquedz)
También, paseos por Wedding Chapels con el mismo resultado en ambas:
Diego no era partidario de una boda de mentirijilla en Las Vegas disfrazado de Elvis, así que…las capillas muy bonitas, claro que sí.
Lo que más, más me gusto de este impostado lugar llega ahora. El Neon Museum (http://www.neonmuseum.org/) se trata de un museo al aire libre en el que antiguos, y no tan antiguos, neones o carteles de casinos, hoteles u otros negocios son exhibidos para el disfrute de los visitantes. La visita tiene una hora de duración y es guiada para que puedas saber todos los detalles de las piezas que allí están. También puede visitarse de noche, con las mismas condiciones que he mencionado anteriormente. MUY recomendable. Sí, podéis llamarme friki. Pasaréis calor, porque recordad que Las Vegas está en medio del desierto y no corre el maldito aire, pero podéis hacer uso de unas sombrillas que tienen allí para que sea más llevadero.
(Fotos: @manriquedz)
Tras ello, acabamos en el Downtown de Las Vegas, pero como queríamos ir por la noche no lo exploramos mucho. Así que fuimos a Bonanza Gift Shop, la que es conocida como la tienda de souvernis/regalos más grande del mundo. ¡ Y tanto que lo es ! No hice fotos del interior, pero si alguna vez vais, visitadlo. Otra bizarrada de Las Vegas.
Tras un largo día bajo el sol, camino al aeropuerto para recoger el coche que usaríamos el resto de días, vuelta al hotel, ducha y otra vez a las calles de Las Vegas. Lo primero que hicimos tras cenar fue ir a Fremont Street Experience (http://vegasexperience.com/). Se trata de una calle en Downtown Las Vegas, donde puedes encontrarte desde lo más acabado de la sociedad, con esto me refiero a gente que se bebió hasta la última gota del florero de su casa y no sabe dónde está, espectáculos “artísticos” que dan vergüenza ajena porque las personas que los llevan a cabo tienen el mismo talento que yo para cantar, es decir, 0; gente que va en tirolina por encima de tu cabeza en todo tipo de posiciones, música en directo (imitadores de Elvis que lo hacen genial, hasta en lo de imitarlo cuando se había pasado de peso), espectáculo de luces en el techo y, como no, casinos. Es un sitio que debes visitar si vas a Las Vegas pues es una parte más de su paisaje.
(Fotos: @manriquedz)
Para seguir metidos en harina (esto suena genial hablando de Las Vegas, ¿verdad?), continuamos la aventura en The Strip. Se llama así a la avenida de, aproximadamente 6 kilómetros y medio, donde todos estos gigantescos hoteles de los que os hablé al principio están. Sí, eso es. Una calle en la que hay hoteles, hoteles y, ah sí, más hoteles. Y en los que la actividad principal, a parte de dejarse el dinero, el hígado y, si hace falta el alma, es ir de un hotel a otro para ver sus entrañas (ya os dije que tienen de absolutamente TODO lo que os podáis imaginar, y más). Se va de un hotel a otro a través de puentes o cruzando entre ellos. Está bien verlo, hubo varios momentos en los que me sentí dentro de las pelis de las que os hablaba al principio (me río sólo de acordarme). Una de las cosas que queríamos ver, era el espectáculo de las fuentes del Bellagio, uno de los hoteles más conocidos de esta ciudad. Se trata de un espectáculo gratuito en el que dichas fuentes, con 1.200 chorros, “bailan” al ritmo de diferentes canciones. En nuestro caso, “Singing in the rain”. El espectáculo se repite cada media hora desde las 15:00 horas hasta las 20:00 horas y cada 15 minutos desde las 20:00 horas hasta las 00:00 horas. Los fines de semana y festivos, lo podéis ver desde las 12 de la mañana. Se usan 30 canciones diferentes, así que aunque lo veáis a lo largo del día, nunca escucharéis la misma canción.
(Fotos: @manriquedz)
¡ Esto fue Las Vegas ! ¿Volvería? Si me invitáis a una despedida de solter@, ¿por qué no? Está bien para pasar dos noches, tres como máximo. Y, por cierto, durante el día no hay mucho que hacer, Las Vegas vive de noche. Si algún día tengo que ir con algún amig@ que no ha ido nunca, también. Si me toca la Primitiva existiría la posibilidad de que fuese a derrochar una pequeña parte de mi fortuna, pero hasta que eso pase…Sigo repitiendo que debéis verlo. Con Los Ángeles no tengo duda que volveré pero con este lugar, sólo para situaciones específicas pues no es el tipo de turismo que suelo practicar. Así que…¡ nos vemos Las Vegas !
Having said “see you soon” to Los Angeles after two days there, we went to the airport to catch the flight that would take us to our next destination: Las Vegas. Not without being asked by the police from the Control if the one on my t-shirt was “The Fresh Prince of Bel-Air” …
In Las Vegas everything is, how can I describe it?, tacky, weird, bizarre from the very first moment you set foot in the airport. This one receives you, right there, with a casino inside. Why are you going to wait to arive to the hotel? Spend the money now, man! The Hangover saga, I am 100% sure, has to be based on the real experiences of the thousands of people that you can find there.
Great post!! I like your blog, mostly the pictures!
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Thank you! Glad u like it!! My boyfriend took some of the pictures I publish on my posts (he is @manriquedz on instagram).
Thank you again!!!
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