Grand Falls + Hackberry + Kingman

¡ Hola otra vez !

El último día, nos quedamos en Sedona y algunas de sus increíbles rutas para hacer senderismo (The Birthing Cave y Devil’s Bridge).

Después de hacer pierna todo el día, cogimos el coche hacia nuestra siguiente parada, también en Arizona y, en la que también habíamos estado hace dos años, Flagstaff. Esta pequeña ciudad, nos serviría para hacer noche y para estar cerca del que sería nuestro primer destino la mañana siguiente: Grand Falls.

Madrugamos y, después del desayuno de hotel de rigor: salchichitas, huevos y los waffles que te haces tú mismo, pusimos rumbo a unas cataratas que parecen dignas del libro “Charlie and the Chocolate Factory”. Antes de seguir, he de decir que, para este viaje, ya que íbamos a pasar por muchos caminos de tierra para llegar a los sitios que habíamos elegido visitar, alquilamos un 4×4. Sólo por poner un ejemplo, para llegar a Grand Falls, es necesario atravesar unos cuantos caminos de tierra, sin asfaltar y, con un Ford Focus como el que alquilábamos otras veces, eso sería imposible. Como en viajes anteriores, alquilé el coche con Avis España. Siempre sale mejor de precio que otras compañías o que Avis USA y, en nuestro caso, siempre hemos tenido suerte con los coches y con las condiciones de los mismos.

Volviendo al tema que nos ocupa, tras nutrirnos bien, pusimos rumbo a Grand Falls. Esta maravilla de la naturaleza se encuentra a apenas una hora de Flagstaff. Como he mencionado antes, para poder llegar, tenéis que pasar por muchos caminos de tierra que, en ocasiones, van a ambos lados (derecha e izquierda), por lo que es muy importante fijarse bien para no tener que dar la vuelta y empezar de nuevo.

Aquí podéis ver algunas fotos de este impresionante lugar:

Tras quedarnos con la boca abierta durante unas horas, porque no todo son fotos en los viajes, lo principal e importante es observar, respirar y disfrutar, nos dirigimos a Hackberry y Kingman. Famosos por ser parte de la ruta 66 con esa estética retro que tanto me gusta. En el primero, visitamos el Hackberry General Store,antes estación de servicio, ahora, una parada obligatoria para los que por allí pasamos.

En Kingman cenamos en el Mr. D’z un diner de los 50/60 que, como buena “catadora” de diners no me podía perder por nada del mundo.

Tras la cena, nuestra próxima parada era Las Vegas, en el estado de Nevada (tercer estado en pocos días). Allí haríamos noche para proseguir la aventura al día siguiente. Dormimos en el hotel Excalibur. Como siempre, Las Vegas nunca deja de sorprenderte con sus luces y con las bajezas humanas que se ven en los casinos de los hoteles. Es la tercera vez que paso por allí, porque lo cierto es que es una ciudad perfectamente situada para visitar parques nacionales y lugares que merecen la pena, y sigo reafirmándome en que las películas de “Resacón en Las Vegas” no son para nada ficción.

Todas las fotos son de Diego Manrique.

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