Seguro que a much@s os suena el nombre de Sleepy Hollow por el cuento de Washington Irving o la película dirigida por Tim Burton. Pero, ¿sabíais que Sleepy Hollow existe realmente y se encuentra en el estado de Nueva York?
Antes de hablar del pueblo en sí, empecemos hablando de Irving y su famosa historia. Washington Irving fue un famoso escritor americano que nació en Manhattan, Nueva York, en 1783. No sólo es conocido por sus obras, hay más libros suyos a parte de Sleepy Hollow, sino también por varias curiosidades: fue el primer escritor estadounidense que pudo vivir íntegramente de sus escritos y el primero en centrar sus libros más en el entretenimiento que en las moralejas o enseñanzas.
Pero, ¿de qué trata la historia de Sleepy Hollow?
La historia se desarrolla en 1790, alrededor del asentamiento holandés de Tarrytown (Nueva York), en un valle conocido como Sleepy Hollow. Es famoso por sus fantasmas y la atmósfera inquietante que impregna la imaginación de sus habitantes y visitantes. Algunos de los que viven allí, dicen que esta ciudad fue hechizada durante los primeros días de dicho asentamiento. Otros, afirman que este halo de misterio fue causado por un antiguo líder nativo americano, antes de que Hendrik Hudson llegase al país. El espectro más infame de Hollow es el Jinete sin Cabeza, supuestamente, el fantasma de un soldado, que perdió su cabeza a causa de un cañonazo durante la Revolución, y que cabalga cuando cae la noche en busca de esa parte de su cuerpo.
Llegar a Sleepy Hollow desde la ciudad de Nueva York, es muy fácil. Simplemente, hay que ir a Grand Central Terminal y coger el tren Metro-North Railroad (si no recuerdo mal, es la línea Hudson). El viaje son apenas 40 minutos y puedes bajar en la estación de Tarrytown y caminar hasta Sleepy Hollow (están uno pegado al otro) o, bajar en la estación de Sleepy Hollow, llamada Philipse Manor. En mi caso, nos bajamos en Tarrytown, vimos el pueblo y, después caminamos a Sleepy Hollow.
Los dos pueblos se encuentran a orillas del río Hudson y, aunque están genial todo el año, obviamente, durante el otoño, la atmósfera es la más adecuada. Hojas de colores en los árboles y decoración de Halloween rememorando, una y otra vez, al famoso soldado sin cabeza (hasta las placas de las calles llevan la imagen de este personaje).
Como digo, el mes de octubre es ideal para visitar Sleepy Hollow pues las calles se visten de calabazas y el recuerdo a la famosa obra de Irving se vuelve todavía más intenso. Dicho autor vivió y murió en una casita, en Tarrytown al lado del río, llamada “Sunnyside”. Puedes visitar la casa, que está tal cual el siglo en el que Washington Irving vivió allí, por unos $4. Lo mejor de todo, es que la visita es guiada y, al menos durante la época de Halloween, l@s guías van vestid@s de época, lo que hace que sea más emocionante. Eso sí, ¡no se pueden hacer fotos dentro! Y me parece bien, porque así se presta mucha más atención a la historia de este escritor, su trabajo y su vida. A la casa se puede llegar andando desde la estación de tren de Tarrytown, una hora más o menos. Nosotras cogimos un Lyft y en 10 minutos, allí estábamos.
Otra de las cosas que visitar en Tarrytown es su Main Street. Como en todos estos pueblos, la calle principal es donde todos los negocios están y donde conviven los edificios más bonitos y llamativos. Durante esta época, la decoración de la calle, la hace brillar un poco más si cabe.
Después de visitar Tarrytown, caminamos hasta Sleepy Hollow. Es un paseo muy corto, unos 15 minutos diría yo. Sabes que has llegado allí, porque un cartel te recibe. Si no fuese así, ni te darías cuenta que ya estás en otro pueblo.
El cementerio de Sleepy Hollow es una de las cosas a visitar sí o sí. Se puede explorar por cuenta propia o con tours guiados (hay walking tours durante el día y tours nocturnos a la luz de la lámpara de queroseno). El propio Washington Irving está enterrado allí y la leyenda dice que el Jinete sin Cabeza, también. Otros personajes ilustres como Elizabeth Arden, Walter Chrysler, George Jones y William Rockefeller, hay muchos más, descansan allí. Como no podía ser de otra manera, dentro del cementerio hay un puente de madera llamado The Headless Horseman Bridge en honor al protagonista de este cuento (así es considerado).
Al lado del cementerio, está la Old Dutch Church. Es una bonita iglesia de piedra que se fundó en el año 1685.
La Philipsburg Manor es una granja y molino que, el resto del año, muestra la vida de colonos y esclavos durante el siglo XVIII. En octubre, sin embargo, se convierte Horseman’s Hollow, una mansión terrorífica con actores, efectos especiales y, por su puesto, el Jinete sin Cabeza. Las entradas estaban agotadas y no pudimos entrar. Por un lado lo agradezco, porque viendo vídeos y fotos seguro que hubiese pasado un poco de miedo.
Sleepy Hollow es un lugar imprescindible durante Halloween tanto si vives por aquí, como si estás de visita. Yo planeo volver este año durante el mes de octubre, veremos como está el pueblo del despiadado jinete en plena pandemia.
¡Hasta pronto!